LLÁMAME TE LO COMO HASTA QUE TE HARTES TÚ PONES LOS LÍMITES
El barrio de Adam era un sitio bullicioso, lleno de gente en sus balcones, niños corriendo y gritando y la iglesia repitequeando con las campanas. Lo necesitaba a él. Nuria Madrid, 34 años Hablando Sabía lo qué hacía, mientras le acariciaba el bigote y Gabriel me chupaba la gallina, recordé cómo nos conocimos.